Podemos ponernos todo lo dramáticos que queramos sobre la despedida de Stefano Pilati, tras ocho intensos años al frente de la maison francesa. Sin embargo, tal vez nos equivoquemos, ya que el diseñador mostraba su mejor sonrisa y saludaba a los presentes –Nicolas Ghesquière estaba allí para sumarse a la lista de diseñadores candidatos a ocupar un trono que parece estar previamente asignado a Hedi Slimane– con el exultante símbolo de la victoria
El pasado fue glorioso, pero el futuro puede que sea incluso mejor. Había algo de premonitorio en los románticos lirios –el símbolo romano de la lujuria y también la flor que elegían para poner sobre la tumba– que se enroscaban sobre las muñecas y los cuellos de unas modelos con la tez pálida, los labios rouge y una sugerente actitud fetish.
Más nocturna, exquisita y decadente que nunca, el diseñador italiano reinterpreta Le smoking por última vez, dotándolo de chaquetas armadas de línea T ceñidas por cinturones anchos de cuero. Las noches de glitter de Studio 54 –imágenes de Warhol y compañía disfrutando de lo lindo en el mítico club– regresan en forma de tops y chaquetas de lúrex con suaves destellos aluminio y champán, vestidos túnica blancos y otros diseños armadura de cota de malla y escote en V.
Fuente:Pedro Zozaya para Vogue.ews
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