Su inpiración partió del fondo marino, con algunos toques de olas, conchas y arena como decoración, aplicada sobre tejidos siempre ultraligeros.
Los flecos de seda caían como una lluvia sobre el cuerpo,
en delicados tonos neutros del crema al beis hasta alcanzar otros más
oscuros, en verde o azul. Con la paleta ya en el turquesa oscuro, el
oleaje se volvió más potente.
Cuanta más decoración, más etéreso los vestidos, con bordados plateados
trabajados sobre vestidos semitransparentes de chifón o encaje. Otra
idea sacada de las profundidades fue un fino bordado sobre una base
mucho más oscura.
El título de la colección era Edición Limitada, lo que para otros
diseñadores es sinónimo de "Demi Couture". Para mí en cambio significa
que cuando un cliente elige un vestido, lo puede adaptar después en
cuanto a color y decoración, aunque no esté hecho a la medida de su
cuerpo. Digamos simplemente que estos vestidos de Alberta Ferretti, de
factura impecable, están dirigidos a los estilistas y se los ofrecerán a
sus estrellas para la 'gran noche'.
Fuente:Suzy Menkes para vogue.es
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