En la piel, existe una categoría de toxinas compuestas de amalgamas moleculares que se forman en reacción a la agresión de un agente nocivo contra las células. Perniciosas e invisibles, estas toxinas pueden ser exógenas, inducidas por un agente externo, los rayos UV, la contaminación, el tabaco, o bien, endógenas, provocadas por factores internos como el estrés, una mala alimentación o una mala higiene de vida. Con el tiempo, la arquitectura de las células sufre daños, las partes deterioradas tienden a aglomerarse y se transforman así en verdaderas toxinas celulares. Como un grano de arena en un mecanismo, estas toxinas bloquean el mecanismo vital de las células. 7 billones es el número de toxinas que se acumulan diariamente en todas las capas de la piel. Sus daños son múltiples, y si bien el cuerpo las elimina naturalmente, con el tiempo estos daños se aceleran y los mecanismos reparadores no dan abasto. Las toxinas ya no se eliminan. REVELACION DIOR Dior Science presenta su rev...