Hoy te mostramos su propuesta que, en realidad, no son una colección. “Son piezas individuales: chaquetas y vestidos”.
Dalmau , su diseñador tiene muy claro que, irónicamente, lo más simple puede ser lo más efectista,
al menos en lo que se refiere al concepto.
De este modo, el centrar los
esfuerzos en dos tipos de prenda permite multiplicar las posibilidades:
los vestidos aparecen tanto cortos y llenos de aplicaciones como de
largos medios y asimétricos, ;
lánguidos y con grandes aberturas o rectilíneos y con capucha. El mismo camino siguen las
chaquetas, en su mayoría anoraks acolchados que pierden la concepción
deportiva casi por completo al “pasar por el filtro del glamour por la
elección de materiales”.
Grandes dosis de dorado, aplicaciones de
lentejuelas y cristales que tintinean al desfilar, recursos gráficos con
reminiscencias orientales , lurex y, en definitiva, cantidades de brillo.

Algodones y lanería también han
estado presentes, potenciado más la yuxtaposición de colores y
texturas, una de las sensaciones más potentes tras ver pasar a las
modelos.
Esa complicada ecuación que rige todo lo que realiza Custo ha
estado compensada tanto por las gafas deportivas (prácticamente iguales
en todas las salidas) como por las botas
over the knee y
medias; todo en negro.
“Nosotros diseñamos piezas que te emocionen,
luego tú decides cómo utilizarlas. No tratamos de que uno de estos
vestidos vaya con un abrigo determinado, porque sabemos que es extremo,
pero el vestido te lo puedes poner con un abrigo negro y esa chaqueta
con unas mallas negras debajo”, explica. “Diseñamos piezas a la
gente le emocione y decida comprarlas, porque hoy día todo el mundo
tiene el armario completo. Nadie necesita ropa”.
Fuente: María José Pérez Méndez para vogue.es