Más entallado o descontracturado, se lleva a toda hora y se reinventa. Hubiera sido mejor poder usar los bolsillos si hubieran estado disponibles. Parado en la cola del banco mientras espera su turno, un chico de veintipico de años hace lo imposible para que todos los papeles que tiene en sus manos no se le caigan. Hay sobres, cheques y formularios. En un día gris en un lugar gris en el que todo siempre es igual de aburrido, el cadete se convierte en el centro de la atención, con su impecable traje brillante y entalladísimo, que no le deja espacio ni para poner una lapicera, que también tiene en la mano. ¿Habría estado más cómodo con otra ropa? Seguramente. Y si el traje fuera una obligación laboral, ¿no estaría más cómodo con uno menos apretado y más funcional? Es posible. La historia juzga al ambo como una prenda relacionada con la seriedad y las obligaciones, pero desde hace al menos cinco años todo parece estar centrado en la elegancia, el estilo